jueves, 30 de septiembre de 2010

Masitas finas

Galletitas pretenciosas trajeadas de almíbar,
Quisiera haber perdido el gusto en un accidente,
mojarlas en salmuera,
batirlas en vinagre,
sólo cuando pique el bagre.
Vestidas para el baile,
el olor mueve pero no es su sangre.
Horas de moda
para que el vestido sea un vestido,
noches de boda sin gemidos.
Los regalos del instinto fueron vendidos
y hoy como castigo
traje masitas.


lunes, 20 de septiembre de 2010

El filtro

Sos tu secreto. La canción que se escucha por la ventanilla abierta de un auto que pasa a los pedos. Y aunque la puedas escuchar cuando quieras, te llama sólo cuando es regalada y dosificada. La odias por eso. Pero la tenés que escuchar 20 veces seguidas, sacarle algo nuevo, amarla y olvidarla otra vez.

Y tiene vida propia. Un día te apuñala por la espalda esperando que grites. Y entre las líneas de algo que no llama la atención, tira el acorde tenso que necesita su tónica, que le saca el tope de cartón a la pata de la mesa, que desata los alambres y tacha doble la cadencia.

Lo que hay es el resultado de la lucha entre lo que se dijo desde que empezó y el momento perfecto que nunca llega.

Lo que hay es lo que se pudo deducir. Piernas musculosas por tanto esperar para saltar, tu lengua un trampolín casi sin usar, y mucha pero mucha contaminación visual.

El neón ciega pero se puede leer. El otro, fiel, lo moldea en caliente, se quema las manos para que el mensaje llegue. Y llegó.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Configurá tu protector de pantalla para que aparezca más frecuéntemente

Te obligaste a hacerlo todos los días y de la nada te encontrás (de descubrir) haciendo zapping cerebral. Pla, pla, pla. Algún tema pasa volando y empieza a crecer como una bacteria al toque. Entra a poner huevitos, nacen, crecen y cada uno toma su camino. Esto se llama “irse por las ramas”. Seguís una y pone huevos. ¡Uh la puta! ¿Cuándo le voy a dar bola a las otras? ¿Valía la pena esta tanto como la otra? Mirá que si volvés a los hijos directos de la bacteria mayor te vas a perder algo que empezaba a ponerse bueno. Colapsa como una explosión de uvasal chocolatado que actúa efervescentemente y relaja como la nada.

Pero por algo no es cosa de todos los días. De algún lado despega una marquesina (como la de Windows (seguramente tenga algo que ver)). Imperativamente pide que muevas el Mouse. Si no ponés a funcionar la máquina las cosas van a ir mal. Que se quema el tubo, que se sobrecalienta, que para eso la apagues. Y por algo hay que estar siempre conectado con otras computadoras. Ahora, es verdad, lo dijo el corredor que tiene la posta, tu computadora sin Internet es un pisapapeles. Pero bueno. Cuando te canses de la bola de ruido a pulsos que te funde, cuando colapses, vas a ponerte en el papel del pisapapeles.

Pero ¿Cómo se margina a quien se quiere marginar?